En la Provenza, Ponthier ha encontrado el yuzu francés que le ha inspirado para crear un triturado excepcional. Los dos productores, socios de Ponthier, han llevado esta delicada producción de yuzu a la tierra mediterránea, una de las más soleadas de Francia. Esta frágil fruta ha requerido un estrecho control tanto de los productores como del equipo de agronomía y el de investigación de mercado de Ponthier para lograr el punto de madurez óptimo. Tras la recepción y el análisis en las instalaciones de Ponthier de Corrèze, los cítricos frescos se pelan y despepitan, se trituran y se confitan en frío al vacío. Este proceso permite conservar la complejidad aromática y la singularidad del yuzu francés. El resultado es un equilibrio perfecto entre su dulzura afrutada, las notas florales, el punto de acidez y un ligero amargor. Este perfil diferencia al yuzu francés de su homólogo japonés, que se caracteriza por una acidez más pronunciada. La persistencia en boca y la potencia de su aroma aportan cuerpo e intensidad a las creaciones culinarias.